La influencia del lugar de trabajo
Bien es sabido que trabajar en un ambiente laboral bueno ayuda a que los empleados se sientan más motivados y sean productivos pero… ¿somos conscientes de cómo puede afectar trabajar en ambientes no tan cómodos y positivos?
Muchos son los puntos a tener en cuenta, y van desde la disposición física del propio lugar de trabajo hasta los colores y la decoración de las distintas salas. Hay estudios que demuestran que la distribución del lugar de trabajo afecta directamente a la productividad de los empleados.
Así, en las empresas en que escasea la decoración, quizás piensen que ahorran y que se están apuntando a la última moda minimalista cuando, en realidad lo que están haciendo es crear barreras psicológicas de productividad que afectan directamente a sus empleados.
La decoración de los lugares de trabajo debería de tener en todos los casos un diseño ergonómico en el que los trabajadores se sientan cómodos y que de alguna manera puedan sentir como propio; esto a la vez les aportará seguridad y hará que confíen más en sí mismos y aumente la calidad de su trabajo. Se debe aportar al empleado un espacio de calidad y provisto de todo aquello que pueda necesitar. No importa si se trata de un cubículo o de una oficina, lo más motivador para el empleado será que sienta que ahí tiene su sitio y que se respira un buen ambiente.
El color también es un importante aspecto a considerar, ya que los colores expresan y dicen mucho sobre la personalidad y el estado de ánimo de las personas. Incluso influye en cómo afecta día a día el ir al puesto de trabajo. Por ejemplo, simplemente el color de las paredes o del mobiliario de la oficina influirá mucho en la manera en que los empleados afrontarán su trabajo. Debemos de tener en cuenta que los colores claros van a transmitir calma, serenidad, frescura, perfección, estabilidad… El blanco sobre todo hará que aquellos espacios reducidos parezcan más grandes, y tiene ya de por sí connotaciones positivas.
Por otro lado, decantarse por colores como el rojo significa peligro, guerra, pero tan bien, fortaleza y determinación. Es por estos últimos significados que aportar a la decoración unos pequeños toques de rojo será tan bien positivo; es un color del que no debemos abusar. Por último en cuanto al color negro (que en realidad es la ausencia de color), se asocia al misterio, al miedo, a la muerte, pero también tiene connotaciones positivas como la fortaleza, la elegancia, el prestigio, la formalidad, etc. Se trata de un color que nunca deberemos combinar junto con el rojo, ya que produce un efecto agresivo y estresante.
En conclusión, a lo que más atención debemos prestar a la hora de realizar la disposición del lugar de trabajo es:
– Diseño ergonómico y de calidad.
– Sensación de pertenencia.
– Aportar el material necesario.
– Decoración bien estructurada.
– Los colores claros transmiten serenidad y calma.
– El color blanco transmite positivismo.
– El exceso de rojo puede resultar agresivo
– Nunca basarse en la combinación negro-rojo.